Comparten mis mimos

31 de agosto de 2010

REGRESO

ESTOY DE VUELTA, ME IRE PONIENDO AL DIA CON TODAS LAS ENTRADAS EDITADAS DURANTE MI AUSENCIA, Y CREO QUE HAY MUCHO QUE LEER.
GRACIAS A TODOS POR VUESTROS COMENTARIOS DURANTE ESTE PERIODO DE ASUETO.
BESOS CARGADOS DE MIMOS

23 de agosto de 2010

REFLEXION

"Que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo, y cuando se pone la mira en esta hermosura y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu y con ventajas..."
Texto sacado de EL QUIJOTE.

e
BESOS A TODOS

21 de agosto de 2010

ALMA

Cuentan los ancianos del lugar, que por aquel cerro lo vieron subir la última vez que estuvo  allí.
Esa vez regresó sólo, ya no le acompañaba su alma gemela. Nadie preguntó dónde quedó ella, todos en el pueblo lo sabían,  como fue  escrita esa tregua.
Andaba con la cabeza gacha, encorvado y a paso lento. Ya no reía, no hablaba, apenas dirigía la mirada, fijando sus ojos al polvoriento camino, se dejaba llevar cual hoja marchita que arrastra  el viento.
Sus cabellos lacios, blancos como la nieve, seguían el ritmo marcado por Bóreas, que helaba en silencio su rostro, compuesto por surcos arados con pasión y esfuerzo.
Pasaban los días a golpe de rezo, como cantan las viejas sus letanías al rugir del  alba las campanas del pueblo.
Cada mañana el mismo camino, el monte le espera, busca la esencia de su amor perdido y baja con el ocaso solo y afligido.
Y siguen pasando jornadas ya como si fuesen horas eternas, sanguinolentas, marcadas por desconsuelo, dolor y tristeza.
Y arrecia el frío invierno, cubriendo la loma con un manto etéreo que se pierde con las nubes que bajan a jugar a enredarse en su pelo. Pero ni así persiste, ha de ir a su encuentro, como cada día desde aquel suceso.
Esa tarde no volvió, en la aldea se formó el revuelo. Lo buscaron tras cada árbol, en cada hueco, ni siquiera sus ropas aparecieron, se esfumó cual bocanada  de aire recio.
A la bajada del cerro encontraron un percherón  blanco y enérgico, erguido, esperando en la entrada del sendero. El más viejo del lugar se acercó con cautela, acarició sus crines y dirigió la mirada certera, los enormes  y cristalinos ojos del caballo le respondieron, eran azules como el cielo. Lo acarició con mimo y golpeó su cuarto trasero para que se fuese tranquilo  en busca de aquel amor perpetuo. 
Y corrió colina arriba, todos se  giraron a su encuentro, le vieron trotar hasta la cima, donde se reunió con un pequeño unicornio alado, después de tanto tiempo, por fin la había encontrado.  

17 de agosto de 2010

HUIDA

Y corrió como alma que lleva el diablo, oyendo el golpear de sus pasos persiguiéndola.
Hoy, la luna no la acompaña. Pérfida y socarrona se esconde soterrada tras las azoteas que crecen de entre las callejuelas.
Los adoquines no dejan tregua a sus pies agotados, urdiendo traspiés para doblegar su huída.
Sorteando atemorizada las sombras de los reflejos de las farolas que cruzan el bulevar, escondiéndose de miradas furtivas que otean tras las ventanas, mudos testigos de lo que acontece, llegó finalmente a la entrada de su guarida.
Esperó, quieta, ahogando con una mano su jadeante aliento y con la otra el pecho, conteniendo su agitado palpitar.
Un disparo, otro, gritos en el silencio. Aprovechando el desconcierto, subió las escaleras a toda prisa. 
Sigilosamente, abrió la puerta, en la penumbra yacía, sobre el lecho, mal herido. Cerró tras de sí, se descalzó, respiró profundo hasta sosegar su corazón y dirigió su andar hasta aquellos ojos negros que la observaban con perturbación.
- Ya estoy aquí, amor, no ocurre nada, todo irá bien.
Y calmó su inquietud sellando su boca con un tierno beso, mientras, a lo lejos el cielo se teñía de los colores del fuego, el trabajo estaba hecho.

15 de agosto de 2010

PARTIR

Y mi alma le susurró a tu oído, quédate, no te vayas, termina este último baile conmigo.
Y tus pies siguieron su marcha sin percatarse de los sonidos.
Y grité con toda la esencia desgarradora del llanto de un ser herido, pero tus pasos volaban aún más rápidos que los míos.
Callé desconsolada, la voluntad afligida, indómita y obstinada arremetí de nuevo con toda la furia de años dormidos.
Te vas, te alejas sin más, ¿quién te dió la potestad para malear mis sueños futuros?
¿Dónde está la dignidad de tanto tiempo compartido?
¿Quién transformó lo negro en blanco, el mar en río? 
¿ Y los años donados con tanto esmero y cariño?
Tus primeros pasos, tus noches de dolor, tus dudas, tus temores, tus porqués,
todos fueron oídos una y otra vez.  
El resquemor, la tirantez, las diferencias de parecer, pudieron más que el querer.
Indolencia transformada en pompas de jabón estalladas.
Flores marchitadas antes de ser cortadas, tristeza consumida en cristalinas lágrimas, que brotan de un desierto árido de desdén y rabia.
Aquí sentada te esperaré, para recoger de nuevo nuestro ayer, doblarlo y guardarlo en el desván, arrullando una nana una vez más.
"Los hijos no son nuestros, son hijos de la vida", que bien me lo decías, pero de él me enamoré, no lo pude evitar, fue el don más grande que hallé, crear la vida sin más.
Duele, como duele, el dejarles volar.

14 de agosto de 2010

SOÑAR DESPIERTO

Se me antoja soñarte, tenerte, deshojarte, dibujarte en mi mundo, crearte, pero no puedo.
Despierta, sola, inventándome en el silencio la manera de reanimarte, pero no quiero.
Lejano, deambulando entre brumas, señero esperas inerte, que te de mi mano.
Perdidos, los dos, cada uno a un costado,siendo imagen fiel de la soledad que viaja a nuestro lado.
Respiro en tu nuca mi propio aliento, imagino tus manos paseando con tiento, entre llamaradas rotas de anterior sufrimiento.
Me pierdo dolorida a esconder mi reflejo,embriagándome de amargo vino junto a remotos recuerdos.
Deseo, hay cuanto deseo, esperando quien lo impulse a salir sin recelo, añorando caricias, evocando tus besos, esperando volver a la vida después de tan largo destierro.

12 de agosto de 2010

RECUERDOS DE AYER

  
Este tremendo calor sofocante que no nos deja ni respirar, abate cualquier intento de movimiento que pretendo reiniciar, cierro los ojos y me dejo llevar, volando entre recuerdos. 
Recuerdos de una niñez olvidados tras la retina del tiempo.
Y viajo entre ellos, y rebusco y encuentro y me paro y lo vivo de nuevo.
Abro lo ojos y ahí estoy. Sentada en la noche, dejándome refrescar por la brisa que trasnocha entre mares de calimas, en pleno mes de enero, sin poder entender como podía ser verano en invierno, calor en el frío. Estamos al otro lado del mundo,me decía mi padre y yo me veía caer, ¿cómo podíamos caminar igual si estaba el mundo al revés?  
El hotel estaba cruzando la plaza del obelisco. Los días tan calurosos, invitaban a sertarnos en la misma, a la caída del sol.
Mientras mis padres decidían que ruta hacer mañana, mi hermana y  yo, escudriñábamos entre los surcos de cada uno de los emblemas de los diferentes países, los observábamos correr al ver como se acercaban  nuestras manos.
Al principio, sólo miraba, me daban miedo, las últimas noches los cogía y hasta llegué a ponerlos en fila con la intención de hacer carreras entre los míos y los de ella. Eran enormes, grandes escarabajos negros que se refugiaban en los escudos de armas que visitábamos una y otra vez.
Repasábamos cada uno de ellos como si quisiéramos aprendernos cada recoveco, cada palmo, fotografiando y registrando cada imagen en el cerebro, por si no los volvíamos a ver.
Y así es, hasta hoy no abrí el archivo que tan cuidadosamente custodié, dormitando en la biblioteca de los recuerdos de mi niñez.

10 de agosto de 2010

LA NOTICIA

A
Apenas hará un año aún, que por motivos laborales, contactamos telefónicamente.
Conozco tu voz y diviso tu rostro a través de pequeñas fotos colgadas en tu facebook.
Sin embargo, es como si te conociera de hace años. Nos contamos pequeñas cosas, las cotidianas, y entre medio y medio, intercalamos algo nuestro, nos vamos desnudando.
Muchas veces nos autoinvitamos a vernos personalmente, pero nunca damos el paso, quizás porque no se rompa la magia existente, no se volatilice la química surgida. Y ahí seguimos, rumiando nuestros chismes, riendo y despotricando, alentándonos en el caminar diario.
Hoy tu voz sonó inmensa, desbordante de alegría. Tu risa, esa tan peculiar que define tu persona, irradiaba felicidad, alborozo, incredulidad,....
Gracias por compartir conmigo tu dicha, me siento honrada de ser partícipe de algo tan especial, muy tuyo, tu gran noticia.
Me alegro profundamente, te deseo lo mejor, a los dos. Es realmente maravilloso, lo más hermoso que os podía pasar.
Ya pelearemos por el nombre, ya,ya, todo se andará.
Muchos besos a los tres, mi niña linda.

8 de agosto de 2010

TUS MANOS

"A mi  B. con todo el amor y cariño  del mundo, pues bien sabe que mis palabras salen escritas y no habladas."

Cual artista amasa el barro, moldeaste mi ser hasta esparcirlo sobre la superficie, desdibujando cada palmo de la piel, despegando la carne del hueso, llegando al corazón tan sólo con tus manos.
Trabajaste sobre la telaraña tejida con nervios de acero y la desandaste, la puliste, la dominaste con el candor de tus dedos.
Afloraste todos los sentidos que puedan acompañar a esta mi esencia, reconstituiste la materia con el delicado tacto de una flor, transmitiendo luz y calor.
Mil gracias, mi cuerpo salvaste del ahogo, de la intoxicación, de las brumas de la desesperación, del cansancio y la pesadumbre. Alineaste mi espíritu, depositaste sensibilidad, comprensión, conciencia y entendimiento.
Esas manos se verán felizmente recompensadas tarde o temprano, tanto trabajo y sacrificio pronto verán su fruto, la siembra pronto has de recoger. Lo has hecho bien, con calma, con esmero y dedicación, con ilusión y con amor.
El velero pronto recalará a buen puerto, estoy completamente segura.
Gracias mi niña, mi pequeño tesoro.

6 de agosto de 2010

EL ENCANTADOR DE SUEÑOS

Andaba revoloteando por toda la casa. Miraras donde miraras, aquello parecía un campo de batalla.
Armarios abiertos de par en par, cajones a medio cerrar, con los que se golpeaba una y otra vez, los cuales maldecía y seguía de largo pero no cerraba.
Correteaba de una estancia a la otra como si la vida se le fuera en ello.
Todas las luces encendidas cual verbena de San Lorenzo, la música radiando desde el cuarto de baño como un lejano eco ensombrecido por el palpitar de un corazón acelerado, que sabe que tiene los minutos contados.
Ni siquiera recordaba si se había duchado ya, su cuerpo acalorado no parecía haber sido mojado recientemente, más bien se iba resumando por momentos en un sudor frío y pegajoso envuelto en aquella diminuta toalla.
Toda esa aboragime empezó a media mañana.

Como cada día desde hacía muchos años, el tontódromo en el que se movía su vida era un letargo monótono e insulso, programado palmo a palmo, así que, como una autómota se había levantado a su hora, siguiendo los pasos de rigor, había completado el primer ciclo matutino y estaba lista para salir a la calle.
Partió camino del mismo destino de siempre. Pidió su café en ese bar de la esquina, repleto de la misma gente, lleno del humo de los cotidianos fumadores, percibiendo los distinguidos olores que emanaban de la pequeña cocina, observando los mismos rostros impávidos distribuidos aleatoriamente en el reducido espacio. Pagó religiosamente y taza en mano llegó a la puerta del trabajo.
Saludó a sus compañeros con ese "buenos días " tan bien ensayado y abordó el siguiente ritual.
Sacó el móvil del bolso, dejándolo cerca por si se produjese esa llamada de urgencia que nunca llega, guardó el bolso en el armario, se quitó la chaqueta y la colgó del espaldar de su silla. Encendió el ordenador y desplegó sobre el escritorio todos sus útiles de trabajo.
Los demás, los rezagados, fueron llegando a destiempo. 
Dispuso el objetivo a realizar esa mañana mientras daba pequeños sorbos a su café humeante. Finalizado el proceso, se abstrajo del mundo y emprendió sus largas horas de trabajo.
Al mediodía, el reloj marcó la hora y levantó lentamente la mirada hacia él, pensativa, adormecida. Aquel enorme reloj mostraba la hora local y la de otras partes del mundo, tales como Nueva York, Londres, Japón. Ciudades inalcanzables para su humilde sueldo. Poder soñar siquiera con viajar a una de ellas, requería el terrible esfuerzo de barajar imposibles maneras de ahorrar un todo de una nada. Siempre pesaban la sensatez, las responsabilidades, las obligaciones contraídas, el futuro incierto....
Pero hoy el reloj parecía diferente, difuminando la hora real, la invitó a volar en el mundo de los sueños, le gritó: ven, acércate, viajemos juntos al más allá.
El tiempo restante transcurrió en un suspiro, había estado soñando despierta, hipnotizada por las agujas puntiagudas y brillantes de acero. Retomó el ceremonial mañanero, recogiéndolo todo con premura, poniéndose la chaqueta, colgándose el bolso del hombro izquierdo, guardando el móvil en el minúsculo departamento interior, apagando los temibles aparatos electrónicos, con los que se llevaba lo justo y necesario, despidiéndose hasta el día siguiente y acelerando el paso no fuese que perdiera la línea de turno.
Al doblar la esquina, ¡su gozo en un pozo, lo había vuelto a perder! Guardó el bono en el bolsillo y absorta en su turbación fue acortando camino.
Cuando volvió en sí, no reconocía dónde estaba. ¿Cómo había llegado allí? Girando sobre su eje central, buscó con la mirada un punto que le resultase familiar, pero no lo hubo. En cambió descubrió un amplio escaparate que vendía fantasías por doquier. Abducida por él, dejó que la succionara hasta quedar  pegada con la mirada fija e inamovible.
Leyó, para sus adentros, luego en voz alta, confusión de letras y números, signos y rayas, fotos y más fotos. 
Una voz grave la sacó de su aturdimiento.
-¿A dónde le gustaría ir? ¿Desea algún lugar en concreto?
- ¡Eh! No gracias, sólo miraba.
- ¿Qué la detiene? ¿No se atrave a vivir nuevas aventuras?- dijo el encantador de sueños.
- ¡Ojalá fuera eso! Es que no puedo, no es asequible, ni es una de mis prioridades.
-¿Y cuáles lo son? ¿Seguir la rutina adquirida? ¿Dormitar penando y muriendo?
- Tú no sabes nada de mi vida, ¿cómo me dices eso?
- Te equivocas, te conozco, tus ojos son como un libro abierto.
-¿Y qué te cuentan?
- Me dicen la tristeza que llevas dentro, las ganas de salir de tu encarcelamiento, de desatar tu mundo prohibido, de dejarte llevar por el viento.
Ella lo miró sorprendida. El la invitó a pasar.


Depositó sobre la cama todo lo que creía necesario llevar, desde su delicada ropa interior hasta las más variopintas prendas con las que sabía de antemano causarían sensación.
El gran necesér, recientemente agenciado, lleno de maquillajes y demás cosméticos. El estuche con los enseres indispensables de aseo y más potingues. Alineó los pares de zapatos sin usar, que tan mimosamente había guardado en el olvido, a los pies de la cama. Miró el reloj que descansaba en la mesilla y corrió como una condenada una vez más a la otra habitación, golpeándose nuevamente con el maldito cajón.
Metió en la maleta todo cuanto pudo, atolondradamente sin orden alguno.
Terminó de maquillarse, se embutió en su nuevo vestido, y finalmente se calzó los tacones rojos de raso que tanto había ansiado comprarse.
Bajó alocadamente las escaleras y se subió al taxi que la estaba esperando en el portal.
Miró sus profundos ojos negros, le acarició la mano y lo besó con tiento.
El la calmó con un susurro, dirigido a su yo interno: 
-  No te preocupes amor mío, soy tu encantador de sueños.

2 de agosto de 2010

MARIPOSA DE COLOR

Me pierdo en este universo inmenso, como mariposa efímera batiendo sus alas  de flor en flor.
Se entremezclan los alientos, las desavenencias, las conquistas, las metas inalcanzables, las batallas perdidas y también las ganadas,las vivencias, la insania,el fervor,.....
Un amasijo de colores cual paleta descuidada de pintor, reorganizar conlleva un laborioso esfuerzo. Pinceladas fuera del lienzo ocupan senderos inexplorados, olvidados en su momento, no tomados, elegidos sin más al azar pero nunca visitados. El viento arrastra mis alas a continuar mi camino, no hay marcha atrás, cada paso que fué,sucedió y cedió  un nuevo color en mi vestido, dibujó una calidéz, se forjó en mi interior, y difuminó el pigmento creado hasta darle el esplendor y el brillo.
Hoy, cual mariposa de luz forjada, viajando en el desierto de uno mismo, transeúnte en el espacio infinito, vuelo sola y libre a la espera de un nuevo destino.
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