Comparten mis mimos

28 de febrero de 2011

DE VUELTA







       Cual belleza de esas rosas que tanto te gustan, así te sentí, dulce, bella y delicada, pero fuerte y llena de vida,iluminando el camino, un hermoso camino que nos queda por recorrer.


Besos con todo mi cariño.

24 de febrero de 2011

ENCUENTRO



      Desde hace unas semanas, comencé a planear el encuentro. Ya desde entonces el entusiasmo me dirigía, cual niña impaciente ante un suceso. Un paso de gigante, visto desde mi mundo pequeño. El ajetreo de la vida se suma y se alía al torbellino de pensamientos, rodando, rodando, entre la emoción y el aturdimiento.
      El corazón palpita y se acelera el pulso, se va acercando el momento. Los días fueron pasando haciéndome volar en el tiempo. Y llegó, a la vuelta de la esquina cojo rumbo y tomo vuelo, mientras mi maleta espera a que le rellene el hueco con toda la emoción que conmigo llevo, con toda la ilusión de ese primer encuentro, donde reiremos como niñas, donde anudaremos los hilos que se han ido tejiendo al compás de unos pasos, de unos simples versos que nos descubrieron, donde sellaremos la amistad que nos ha unido en este "mundo bloguero". Ahora mismo nos vemos, en la espera, dejo besos.






P.D.: Queridos amigos, este fin de semana estaré de viaje, hasta mi vuelta, entre las hermosas rosas, encontraréis mimos, abrazos y besos, un montón de ellos. Con todo mi cariño, con el deseo que este fin de semana este lleno de buenos  y dulces momentos  para todos.

                                                          ¡¡¡HASTA PRONTO!!!   

22 de febrero de 2011

CAMINOS


Primero
 me enamoré de tu inteligencia
luego de tu voz
por último
 de tu presencia
Tú caminaste a la inversa
para cuando llegaste
ya me había ido
Un camino dispar en la lejanía
en constante viaje a ningún lugar
a cada paso se evaporaban los besos
a cada aliento  se extenuaba el amar

20 de febrero de 2011

EL CAFE DE LA ESQUINA (III)


viene de la entrada anterior

          El día se rindió a sus idas y venidas por el mundo de los sueños, estática frente al ordenador, rodeada de aquellos documentos que veía diariamente y que hoy parecían nubes difusas sobre la mesa. Apenas sus labios pudieron dibujar palabras al aire, que las llevara y diera significado a sus pensamientos. Quiso visualizar la imagen tantas veces como pudo, pero construyó miles de escenas distintas, representaciones de un quizás poco certero. Berta conseguía devolverla al suelo en contadas ocasiones, sus pupilas fijas a los segundos que emanaban del reloj que presidía la pared que la enfrentaba, la mantenían hipnotizada al tiempo.
          Bruno aligeraba en cada movimiento, la cabeza lo estaba torturando a preguntas, los remordimientos lo asediaban, y los recuerdos le vencían.
Lo juró tantas veces...,se lo repitió hasta la saciedad, y ahora, ¿acaso todo se le olvidó? Cuando Gabriela se fue, se prometió no volver a pasar por lo mismo, enamorarse era un error, se obnubilaba la mente y no actuaba con claridad, era preciso dar marcha atrás. Pero, ¿cómo explicarlo? No, no podría con ello por segunda vez, fue como morir en vida, dejar de creer,....comenzó a ahogarse y tuvo que salir a la calle. 
     -Demasiado tarde- pensó, al mirar el reloj que portaba en la muñeca de su mano izquierda, la suerte estaba echada, nuevamente pudo más su corazón que su cordura.
      Alina no había probado bocado en todo el día, era tanta la adrenalina que brotaba de su cuerpo, que apenas sintió como desfallecían sus fuerzas.¿Sería porque se acercaba la hora? 
    Berta le preparó un vaso con agua y azúcar al percibir el color que difuminaba su rostro.
      -¡Chica!, cualquiera diría que nunca has tenido una cita- recriminó Berta.
      -No, desde que .....- Alina quedó en silencio.
      -Sí, lo se, lo siento, no tenía que haberlo sacado a relucir, perdona Alina pero..., creo que va siendo hora que superes su pérdida. Pablo no va a volver y tú has dejado que te consuma la vida. Eres demasiado joven para renunciar al amor ¡ No, no y no! ¡Como si te tengo que llevar yo a rastras a esa cita!- le reprendió.
       -Ja,ja,ja,ja -rieron juntas.
    - De acuerdo, iré, pero si algo sale mal, tendrás que rescatarme del abismo donde voy a caer, te lo advierto - dijo a media sonrisa.
    - ¡Anda, anda! ¡No te hagas la melodramática ahora conmigo! Bien sabes que estaré aquí para todo cuanto necesites, en eso consiste el contrato de ser buenas amigas - río mientras la abrazaba.
       Bruno echó el cierre como cada tarde a las cinco, se incorporó, alisó su camisa y se colocó el cuello lentamente. Suspiró profundamente y dejó que sus pies tomaran dominio de su cuerpo, dejándose arrastrar por ellos hacia donde su mente los dirigía, un círculo sobre si mismo que lo enroscaba en sus indecisiones. Cruzó la calle sumido en sus pensamientos y avanzó por ella hasta el portal donde sabía trabajaba Alina.
      Ella, por su parte, se miró por última vez al espejo, retocó su sonrisa y se pregunto a si misma, pensativa, si aquello era lo correcto. Besó a Berta en la mejilla y bajó por las escaleras sin prisas. Al llegar al portal, pudo, a través del cristal translúcido de sus puertas, ver la silueta de un hombre que paseaba de un lado a otro de la misma. Tomó todo el aire que sus pulmones pudieron asimilar, lo expulsó pausadamente y caminó hacia la misma abriéndola de un tirón.
     Una sola mirada le bastó para saber que sus vidas quedarían unidas de por vida.
     - Hola Alina - saludó con dulzura.
     - Hola Bruno- contestó con emoción.
     -¿Damos un paseo? - preguntó Bruno sin dilación.
     - Claro, el día está estupendo y aún queda algo de sol - replicó.
        Bruno la tomó de la mano y juntos acompasaron el paso calle abajo, entre palabras y risas.    

16 de febrero de 2011

EL CAFE DE LA ESQUINA (II)

     Pronto llegaría la primavera, y con ella, un año más desde que aterrizara por primera vez en aquella ciudad, dejando atrás toda una vida, la tierra donde creciera, que ahora, el tiempo ingrato le recordaba. Llenó una maleta con todos sus anhelos, los sueños esculpidos en la imaginación de un muchacho al que el mundo le abría las manos, mostrándose inmenso y lleno de oportunidades, cayendo sutilmente en su liviana trama.
        ¡Qué ingenuo! Un escabroso camino fue lo que encontró, borrando de un soplo todo aquello que viajó hasta allí, tantas ilusiones esfumadas cual humo de cigarro que se apaga. ¡Ay viejo, si me vieras!-pensó.
         Alina siguió viniendo el resto de los días, como cada mañana, fiel a su cita, mientras, él se diluía en cada café, soñando convertirse en sorbo que su boca degustara.
         El jueves llegó con prisas, le pidió además un café añadido, para una compañera, le dijo. Un sudor frío recorrió su cuerpo, de fondo sonaba una canción de esas románticas a las que se había rendido sin dar batalla, sabiendo que en la espera, Alina  en susurros las canturreaba, ajena o no a quien atentamente la escuchaba. No se lo pensó siquiera, lo hizo sin más.
         - El que lleva marca es el tuyo, para que no los confundas, ¿vale?-le dijo.
           - Buena idea, gracias. Hasta mañana.
           - Hasta mañana -dijo, pero pensó,... hasta después.
         Alina salió disparada, ¡Dios, si seguía un minuto más allí dentro le daría un infarto! Su palpitar trascendía más allá de su camisa. Ya de nuevo en tierra firme, en lugar seguro y tras deshacerse del café que no era el suyo, buscó asiento en aquel habitáculo gris que compartía a diario con Berta y Eduardo. Destapó con sumo cuidado su ardiente café y descubrió la marca.
      - ¡Ahhhh!- gritó despavorida tras derramarse el humeante líquido sobre las rodillas.
        Berta se giró del sobresalto y por casi no tira también el suyo. Corrió en busca de una toalla para ofrecérsela a su amiga.
       - ¿Pero qué te pasa? Me has dado un buen susto- inquirió.
        Alina no atinó a gesticular palabra, le extendió el vaso que continuaba adherido a su mano y Berta se lo arrebató.
        Buscó que podía haber causado aquel efecto en su amiga y lo halló, una marca que decía: "Te espero esta tarde a la salida".

12 de febrero de 2011

EL CAFE DE LA ESQUINA


    Alina cruzó la calle como cada mañana. Al frente, aquel viejo café que tan bien conocía.
   Bruno miró el reloj y puso la cafetera en marcha, pronto aparecería. Media vuelta y allí estaba, radiante, con su larga cabellera suelta y su armoniosa sonrisa.
       - Buenos días-le dijo.
      - Buenos días-contestó ella. Parece que la semana comienza con brío, el sol brilla desde el alba temprana.
      - Sí, eso parece, esperemos que se mantenga así el resto del día como mínimo, hemos pasado mucho frío estas últimas semanas. ¿Alguna cosa más?
       - No, gracias, con el café voy servida.
     - Muy bien, aquí tienes, cuidado no te vayas a quemar, lo he puesto bien caliente.
      - Bueno, hasta mañana.
      - Hasta mañana Alina, aquí estaré.
     Salió despacio, consciente de aquellos ojos que la observaban. Solía ejercer sobre los hombres un extraño poder que los hipnotizaba, pero él era diferente, Bruno era..... Día tras día la misma escena, él la esperaba con su café recién hecho, tal y como a ella le gustaba, a la hora prevista, nunca fallaba. 
       ¡Qué curioso! Junto a él perdía todas sus facultades y se convertía en una simple mujer, frágil y delicada, no tenía nada que demostrarle, se podía mostrar tal y como era.
         En el ascensor, a solas, examinó su rostro y pensativa se hizo mil preguntas. Era hermosa, o eso pensaba. Tenía unos labios carnosos y sugerentes, de un sonrosado intenso y agradable, que apenas maquillaba con un brillo suave, que los confería si cabe, más apetitosos. Una pequeña naricilla afilada, que guardaba una estrecha simetría con el resto de su cara;  y que decir de sus ojos, negros y profundos, como esos abismos que temes descubrir pero ansías inspeccionar a toda costa, ribeteados por unas voluminosas y largas pestañas, perfiladas correctamente en un negro rimel que hacía conjunto a su mirar, vertiendo sensualidad al más leve parpadeo.
          Bruno pasó la mañana ajetreado como siempre. Entre café y café, pensaba en ella. Iban a cumplirse los tres años desde que la conociera. Quería hacer algo especial, tenía que hacer algo especial, había que arriesgar, ¿qué podía perder? La negativa ya la tenía, así que, ¿cuánto más sería capaz de esperar? Nunca surgía el momento, por más que lo buscara. Esa mañana, como tantas otras, su piel rozó la de ella cuando le entregó su café, y la sangre le recorrió el cuerpo aceleradamente. Deseaba posar sus manos sobre su tez, aquellas manos fuertes que dejaban traslucir el suave latir en aquellas venas condensadas bajo su curtido cuero, manos tersas y tiernas, deseosas de una caricia, del tacto sedoso de aquella mujer. Los días se le echaban encima, tenía que pensar, pero qué.......


10 de febrero de 2011

6 de febrero de 2011

MIMO













No llegaba a comprender el alcance de aquella magia, ¿de dónde llegaban las voces que la guiaban? 
Observaba atentamente cada uno de los rostros, en las enmudecidas bocas que no decían nada, esos rictus perfectos que se limitaban a ejercer de respuesta a los movimientos que su cuerpo ofrecía a la multitud  ingente que se deleitaba.
Y las voces seguían llegando:
  - ¡Mira mamá! ¡Hace que huele una flor! ¿Y si le sale una abeja? ¿También hay abejas en las flores imaginarias?
Su cara quedó patitiesa y el público aplaudió, mientras corría a esconderse de las abejas que la atacaban.
  - ¿Sabrá subir por una escalera? ¿Hasta dónde crees que llegaría?
Y su cuerpo la arrastraba a una escalera sin peldaños siquiera, que la lanzaba al suelo entre vítores y risas. Pero a ella le encantaba, la satisfacción que veía en cada una de las caras.
 - Ja,ja,ja, ¡cariño te está imitando! Ja,ja,ja.
Y ella lo tomaba del brazo y se acaramelaba a su lado y le expresaba su adoración abanicando sus párpados. Y llegaban nuevamente más risas, más aplausos.
Tras mostrar su sombrero, la muchedumbre se
dispersa, y sola queda recogiendo sus bártulos. Al lavarse la cara las voces cesan, ya sólo le llegan los sonidos del asfalto, los ruidos infernales de la gran ciudad, el aire que arrecia frío, advirtiéndole que el invierno pronto llegará.
El día había marchado bien, esta noche podría dormir en un hostal.


5 de febrero de 2011

LUZ


Y en la más sutil elegancia
posaste tu amparo en mi nombre
brindando claridad y esperanza
acallando funestas voces

Senderos de luz abriste
en un mundo negro y oscuro
donde con vetustos sestercios 
se pagaban grandes vacíos

Alas, duras y fuertes
que agazapan furtivas miradas
cargadas de recelos y envidias
de tristezas del alma

Delicada llamarada
cincelada en pompas de ternura
que el tiempo fue modelando
con nostalgia y premura

Allende quedan los grises
  desolados y torturados
en los avernos de la existencia
en un mundo muy lejano

3 de febrero de 2011

¡¡¡AVISO!!!


MAÑANA ,A LAS 0:00 HORAS,EN EL MOMENTO
EN QUE EL RELOJ GIRA A UN NUEVO DIA,
DANDOLE EL NUMERO 5, TODOS LOS SEGUIDORES 
DEL BLOG ESTOY A TU LADO,
TENEMOS UNA CITA, PARA FESTEJAR QUE 
SE HA SUPERADO LA CIFRA DE 500 AMIGOS
QUE POR ALLI PASAN.
COMO NO DA TIEMPO DE IR UNO POR UNO
NOS HA PEDIDO AYUDA PARA 
DIVULGARLO.
DESDE AQUI MI ENHORABUENA,
PERO BIEN SABE QUE SE LO MERECE
POR TODA LA DULZURA QUE REPARTE.

2 de febrero de 2011

HOY QUISIERA


Hoy quisiera.....
rendirme ante un te quiero
fundirme en un silencio
perderme en un abrazo
oír mis pensamientos....
.....desatar el llanto
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